lunes, 3 de diciembre de 2007

En un mar de esperanzas que parece desvanecerse

Tú ya sabes… pero yo no. La verdad es que la marea disminuye poco a poco contra mi voluntad. Aunque reconozco que yo tampoco hago uso de mis armas para frenarla. Es que, después de toda esta vida navegando por las mismas aguas, el horizonte se me desvanece al mirarlo, el mar se vuelve extraño ante mis ojos... Ese querido mar, el de siempre, sobre el que sobrevolaban preciosas gaviotas. Gaviotas que venían a mi encuentro en aquellos trágicos naufragios. No sé ni como, ni porqué, ni desde cuando, pero el agua se me vuelve amarga al saborearla y se me resbala. No consigo mantenerla entre mis manos.

Las gaviotas se alejan sin darse cuenta, mi rumbo cambia descontroladamente, y yo, la capitana experta, no soy capaz de redirigirlo, como siempre he hecho.

Realmente veo que, aunque me duela, no todo lo puedo controlar.


L.S.R.

2 comentarios:

Miguelo dijo...

hola, soy el que no sabe nada de baloncesto :)

estaba leyendo tu blog y me gusta, sobretodo esa frase tuya de: 'Para vivir algunos necesitamos poco, otros necesitan solamente todo'

yo un día que estaba aburrido y pensé esta: 'cuanto más lo pienso, menos entiendo'

nos leemos, bye

Miguelo dijo...

gracias por comentar en mi blog. si no te importa te enlazo.

saludos